sábado, 20 de abril de 2013

LA NOCHE DE LOS FEOS


LA NOCHE DE LOS FEOS
(Final)

Corrí  las cortinas, para que el sol cómplice de la noche me dejara ver su fealdad, solamente eso quería ver, pero me sorprendí aún más, ya que  su piel canela, su cabello hermoso del color de la noche  hasta la espalda, seguí recorriendo el camino de la sábana en su cuerpo que me  dibujaba la belleza de su torso, delicada cintura y prominentes caderas, la firmeza de sus piernas que no me dejaban  escapar y que la verdad  yo no quería huir de de allí.
Me acerque de a poco a decirle cositas lindas al oído y a medida que llegaba me  inundaba la sensación de  sus labios carnosos que me besaron con tanta pasión, volverlos a tomar otra vez, hacerla mía una vez más por enésima vez ya que la noche no fue para  nada suficiente para sentirnos decirnos caricias y palabras las cosas que con nuestros rostros no podemos expresar, ya que por mi pellejo liso siempre doy el aspecto macabro que todo el mundo prefiere evitar cruzando la acera.
Cuando estaba cerca a su rostro, abrió sus ojos, Ahhhhhhh…ahhhhhh…!!! Grito en dos ocasiones, debió ser por ver mi rostro horrible junto a ella al abrir  sus ojos… las otras   tres veces por cada una de las veces que le enterré el cuchillo. Para retribuir la ofensa que me había hecho, solamente recuerdo las primeras tres, pero el juez me informó en los cargos de las 64 puñaladas hechas por mi cuchillo de caza y la sevicia con la que me quitaron de encima los vecinos que escucharon el estruendo.
A escasas horas de mi encuentro con la silla que me llevara a reunirme con ella, con mi bella-fea o mi fea-bella, no tengo más que decir, que maldita sea la hora  que me convertí en un monstruo como me decía la gente al ver mi rostro liso, sin barba, quemado sin arrugas,  luche  por  todos los medios ser una persona normal, servicial, formal y creí que tenía derecho al amor, pero cuando vi que aunque ella más fea que yó, grito de verme ahí me transformé en esa fiera, monstruo que no pensó en las consecuencias de sus actos, simplemente en castigar a través de ella a cada  una de las personas que me había hecho mal, que se burlo de mi, que me hizo sentir mal, menos preció y humillo, sé que no es una excusa. Pero es la mejor respuesta que puedo dar… no lo quería hacer señor juez..!!!...Culpable!!!!  Asintiendo con el mazo sobre la mesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario