LA
NOCHE DE LOS FEOS
(Final)
Corrí las
cortinas, para que el sol cómplice de la noche me dejara ver su fealdad,
solamente eso quería ver, pero me sorprendí aún más, ya que su piel canela, su cabello hermoso del color
de la noche hasta la espalda, seguí
recorriendo el camino de la sábana en su cuerpo que me dibujaba la belleza de su torso, delicada
cintura y prominentes caderas, la firmeza de sus piernas que no me dejaban escapar y que la verdad yo no quería huir de de allí.
Me acerque de a poco a decirle cositas lindas al oído
y a medida que llegaba me inundaba la
sensación de sus labios carnosos que me
besaron con tanta pasión, volverlos a tomar otra vez, hacerla mía una vez más
por enésima vez ya que la noche no fue para
nada suficiente para sentirnos decirnos caricias y palabras las cosas
que con nuestros rostros no podemos expresar, ya que por mi pellejo liso
siempre doy el aspecto macabro que todo el mundo prefiere evitar cruzando la
acera.
Cuando estaba cerca a su rostro, abrió sus ojos, Ahhhhhhh…ahhhhhh…!!!
Grito en dos ocasiones, debió ser por ver mi rostro horrible junto a ella al
abrir sus ojos… las otras tres veces por cada una de las veces que le
enterré el cuchillo. Para retribuir la ofensa que me había hecho, solamente
recuerdo las primeras tres, pero el juez me informó en los cargos de las 64
puñaladas hechas por mi cuchillo de caza y la sevicia con la que me quitaron de
encima los vecinos que escucharon el estruendo.
A escasas horas de mi encuentro con la silla que me
llevara a reunirme con ella, con mi bella-fea o mi fea-bella, no tengo más que
decir, que maldita sea la hora que me
convertí en un monstruo como me decía la gente al ver mi rostro liso, sin
barba, quemado sin arrugas, luche por
todos los medios ser una persona normal, servicial, formal y creí que
tenía derecho al amor, pero cuando vi que aunque ella más fea que yó, grito de
verme ahí me transformé en esa fiera, monstruo que no pensó en las
consecuencias de sus actos, simplemente en castigar a través de ella a cada una de las personas que me había hecho mal,
que se burlo de mi, que me hizo sentir mal, menos preció y humillo, sé que no
es una excusa. Pero es la mejor respuesta que puedo dar… no lo quería hacer
señor juez..!!!...Culpable!!!! Asintiendo con el mazo sobre la mesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario